Cierto día una persona me habló y me comentó que la publicidad, no es más que una imaginación del receptor; que el producto que nosotros queremos está involucrado en un mundo distinto, un mundo que el receptor desearía ingresar para alcanzar sus deseos o decisiones.
Entonces ¿Cómo llegamos a comprar el producto que aparece en la publicidad? El resultado sería en la atracción que el público siente al ver la publicidad, el deseo y lo más importante el placer de sentirse bien para la adquisición del producto.
